Capítulo 23: El concilio de dragones

Nuestros aventureros en el lomo de la poderosa dragona de plata viajaron a las montañas Nether al norte de la costa de la espada, allí pudieron apreciar como el paso del culto del dragón por los diferentes asentamientos, pueblos y villas era notorio, columnas de humo, fuego muerte y destrucción enfadaron a Escanor, no pudo comer en los dos días de viaje. Al llegar al lugar, Otaaryliakkarnos abre sus alas mientras asciende a la montaña más alta de la región, el frío era extremo, pero no tanto como en las tierras del hielo movedizo donde derrotaron a la antigua muerte blanca, aun así, un estornudo de Halberin soltó un eco en la zona que la dragona plateada vio con desprecio.


-¡Entren! los están esperando- mencionó la dragona de plata señalando la oscura cueva que se veía al frente, Moira muy precavida solicitó telepáticamente a Escanor algún indicio de mal o de alguna emboscada que se pueda presentar, pero el paladín no tuvo que realizar tal acción, ya que la cueva se empezó a iluminar y de su interior los dragones los esperaban, cuatro espectaculares dragones metálicos liderados por un dragón dorado quien dio la bienvenida

Prothanter
Prothanter

- Mi nombre es Prothanter – mencionó – Y estos son mis compañeros, el dragón de bronce Nymmurh, la dragona de cobre Tazmikella, Ileuthra el majestuoso dragón de latón y Otaaryliakkarnos a quien ya conocen, decidimos invitarlos a este concilio para discutir algo que a todas las razas nos atañe como puedo ver… el destino del culto del dragón –

Moira inclinó su cabeza ante las sublimes criaturas mostrando su respeto, pero Prothanter fue cauteloso con la acción, el grupo descubrió pronto que para que los dragones prestaran su ayuda, ellos debían hacer diversas concesiones para ganarse su favor. Al conocerlos un poco más los aventureros descubrieron que las razas mortales han herido de alguna forma a los grandes seres, Prothanter el líder del concilio, exigía una compensación por tanta destrucción de las razas mortales en contra de su raza, en especial el mal uso de la magia de la que los elfos fueron directamente responsables concretamente la abominación del hechizo de la furia draconica Mythal, Frigga habló con el dragón y pidió perdón, asegurando que su rey estará dispuesto en aceptar esta culpa y compensar a Prothanter.

Nymmurh

Al ver el gran arrepentimiento y capacidad de hablar de los aventureros Nymmurh brindó su apoyo de forma inmediata al grupo, de igual forma Ileuthra acepto ayudar a cambio de la devolución de las máscaras del dragón las cuales posee el culto del dragón. Moira no muy contenta con esta concesión aceptó pero de muy mala gana, este hecho pudo pasar desapercibido, pero Halberin alcanzó a notar como la influencia de Tharizdun corrompía el alma de la Tiefling, y sintió temor de que podría pasar en el futuro si Moira continuara con este vínculo.

Ileuthra

Por otro lado Tazmikella ofreció sus servicios a cambio de la devolución de dos objetos preciados para ella obtenidos de una cruenta lucha en contra de un dragón negro, curiosamente eran los antiguos objetos de Rezmir, la espada Hazirawn y la insignia de las garras que actualmente tenían Escanor y Merik, el paladín sin dudarlo ofreció la espada argumentando que lo más preciado es la ayuda de un amigo que la posesión de un objeto, dichas palabras conmovieron a Merik que también ofreció el objeto robado, la dragona cobriza vio con buenos ojos estos actos que no tomo los objetos siempre que les dieran un buen uso, Escanor recibió a Hazirawn en buen agrado pero Merik al no hallarle uso a su objeto más allá de unas buenas monedas, regreso la insignia de garras a su dueña.

Tazmikella

A quien fue más difícil de convencer fue Otaaryliakkarnos la dragona de plata, quien estaba sentida con la raza de los enanos debido a que, en su inmensa avaricia estos asesinaron a su sobrina y con sus restos fabricaron la armadura del señor de los enanos de Mithral Hall, entendiendo su desprecio con los enanos Halberin se disculpó y se comprometió a hablar personalmente con Lord Brawnanvil para disculparse y regresar la armadura a la dragona de plata, al igual que una parte del tesoro que el grupo pueda conseguir, dicho esto la última de los dragones se unió para derrotar al culto del dragón, así finalizó el concilio en donde los dragones escoltaron a nuestros héroes de regreso a Waterdeep donde tendrían que hablar con los señores de Costa de la espada acerca de los resultados de este concilio.


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