Recostada en la parte trasera de un carromato, la elfa
druida Misty Day contemplaba como el ocaso brindaba sus últimos rayos de sol a
la sabana por donde habían pasado, el frío de la noche se empezaba a sentir en
el ambiente, su esposo Escanor con una sonrisa amable la cubrió
en sus brazos en una manta mientras le comentaba:
-Amor ya llegaremos a Greenest, ¿no es así Halberin?- dirigiéndose a un enano
de barbas oscuras quien fumaba de su pipa: -Si amigo, el cohcero me informó que ya puede ver el pueblo,
no falta mucho en llegar, allí buscaremos una posada para pasar la noche y en
la mañana buscaremos a Leosin- respondió el enano.
-¿Qué crees que querrá de ti?- Exclamó Escanor mientras abrazaba a Misty Day, -No lo sé mi querido amigo, pero su carta demuestra que no necesita solo de mi consejo, sino más bien de un brazo fuerte- respondió Halberin mientras acababa su tabaco comprado en Berdusk. De repente el cochero detuvo el carromato de golpe, -¿Pero qué está pasando?¿Por que nos detenemos?- Dijo Misty day mientras se asomaba al frente del vehículo para conversar con el cochero, este con una mano temblorosa solo señaló con su dedo el cielo. Misty guio su vista a través de la trayectoria imaginaria hecha por el hombre encontrando un escenario terrible, las casas y edificios del pueblo de Greenest se encontraban en llamas mientras los cielos eran azotados por un gran dragón azul cuyos rayos emanados de su boca destruían los campos cercanos.
-¡Halberin! ¡Escanor! Vengan a ver- gritó la joven
a sus compañeros quienes observaron el mismo panorama desolador, el
cochero aprovechó que estos se encontraban perplejos fuera del carromato y dio
media vuelta a su vehículo para huir del lugar, Misty alcanzó a darse cuenta y
detuvo al hombre pidiéndole que fueran acercados lo mas posible, el hombre
asustado no quiso hacer el favor hasta que Escanor brindó un dinero por las
molestias.
Llegando a las puertas del pueblo el cochero reclama el dinero adicional y orando a Chauntea por su bienestar huye a toda marcha en dirección al río cercano. Nuestros guerreros
ven más de cerca como acólitos vestidos con túnicas rojas,
guardias cuyos emblemas de sus escudos mostraban un dragón de cinco cabezas y
criaturas humanoides pequeñas de piel rojiza escamosa de aspecto canino azotaban el pueblo montados en dragones sin alas, el grupo inmediatamente se
escondió tras unos barriles.
-¿Pero que son esas cosas?- exclamó la ermitaña
Misty, -Son Kobolds, ¡amor! criaturas miedosas que solo siguen ordenes de
cualquiera mas fuerte que ellos- le respondió Escanor. -Debemos ir a averiguar
lo que está pasando aquí- comentó Halberin mientras ajustaba su casco, los tres fueron sigilosamente a través de las calles invadidas por el miedo y la
destrucción y a pesar de las gruesas y pesadas armaduras del grupo, estos no
tuvieron mucha dificultad en pasar inadvertidos debido al ruido del caos en las
calles. De repente sin previo aviso, una familia de aldeanos eran perseguidos por ocho Kobolds, el padre claramente herido cojeaba por su vida mientras en la retaguardia, su mujer intentaba
ahuyentar sin mucho éxito a estos monstruos custodiando a sus tres hijos. Misty Day avanzó corriendo al
lugar con la intención de ayudar a los aldeanos cuando de una casa salió un
rayo de luz azulada que despidió a uno de los Kobolds matándolo en el acto.
Los kobolds sorprendidos dieron vuelta en dirección
de la casa, Misty asombrada de la situación también se asomó al lugar viendo
una mujer alta con ojos tan oscuros como la noche, de piel y cabellos rosados
de los que se asomaban un par de cuernos dándole una apariencia demoníaca. Esta
mujer gritó a todo pulmón: -¡Atrás seres asquerosos! No permitiré que le hagan
daño a mis vecinos-, los kobolds más que sentirse atemorizados se lanzaron con
ferocidad a los miembros de la familia. Misty Day inmediatamente se interpuso
entre los kobolds y la familia y dando un fuerte golpe con su bastón en el
suelo y exclamando unas palabras inteligibles cambiaron el arma a una forma más
gruesa e imponente.
Los kobolds se lanzaron al ataque, pero fueron
sorprendidos por Escanor y Halberin quienes acabaron con dos kobolds más, un
golpe de la alabarda del paladín fue suficiente para cortar en dos a la
criatura, mientras que el martillo del clérigo enano partió la mandíbula del
otro, la mujer de cuernos lanzó otro conjuro hacia los enemigos, esta vez fue
una mano espectral que pudrió el brazo de otro kobold lanzando un grito de
dolor.-¡Argh!- chilló el inmundo ser, mientras que Misty Day reducía aún más el
número de enemigos con su fuerte bastón, al final dos cobardes kobolds
emprendieron huida dejando a sus congéneres a su suerte, Halberin lanzó un rayo
de energía sagrada luminosa que impactó en la espalda de uno de los que huían acabando
así con la lucha.
Mientras Misty day se acercaba al kobold herido por
la mano espectral la joven de cuernos se acercó a la familia, allí los asustados
aldeanos quedaron en shock cuando la mujer les hablo: -Linan, ¿Qué pasa?, ¿No
me reconoces?, soy yo, Moira tu vecina discúlpame por mi aspecto, no te asustes,
no voy a hacerte daño, entremos a mi casa y allí podremos hablar más claro- la
familia reconociendo a Moira aceptaron entrar a la casa, mientras los guerreros
Escanor y Halberin enviaban al abrazo de la muerte a los kobolds sobrevivientes.
Moira agradeció a los extraños por su ayuda en la anterior batalla y como
muestra de hospitalidad también los invitó a su hogar.
Una vez dentro los aventureros vieron como la
humilde casa era agradable, claro... hasta el día de hoy, en el suelo un par de
cuerpos yacían inertes cerca de una puerta destrozada en donde se conducía al sótano de la casa. Halberin exclamó: -¡Por Tyr! ¿Pero
qué fue lo pasó aquí?- -Bueno…esto es lo que queda de mi hogar, mi nombre es Moira
Blackenridge y quienes están en el suelo eran mis amados padres- dijo la joven mientras una lagrima brotaba de su ojo. -¿Fu-fu-fuiste tu?- Tartamudeó Linan
mientras abrazaba a sus hijos -No, como crees Linan, yo amaba a mis padres,
estos seres asquerosos debieron hacerlo- contestó enérgica la joven.
-Creo que debes contarnos tu historia, pero antes, déjame
decirte algo- dijo Halberin -Si esta es tu casa debes tener algo que nos sirva
para curar a los heridos, puedo ver que ese hombre tiene su pierna rota e inflamada,
si pretendemos viajar debemos curar esa pierna antes que nos toque amputarla,
Escanor vigila en la puerta por si hay más Kobolds- -De acuerdo- respondieron
al unísono Moira y Escanor. Mientras la joven Moira le entregaba a Halberin un
kit de sanador, esta mencionó su historia: -Yo solo era una simple aldeana de este
pueblo, pero hace días una voz me empezó a susurrar en la cabeza, esta voz se intensificó a
medida que me acercaba a mi viejo sótano, allí escondido entre la basura encontré
un viejo libro, que en cuanto lo abrí, caí desmayada despertando con esta
apariencia, mis padres para evitar que los vecinos se asustaran me dejaron en
el sótano mientras conseguían una cura, con el paso de las horas, adquirí cierto
tipo de magia, como hablar en las mentes de los demás o lanzar rayos de fuerza, también
sentía lo preocupados que estaban mis padres con toda esta situación, hasta que…
bueno hasta que, sentí la mente de alguien más poderoso y maligno que vino a saquear
al pueblo su mente era tan poderosa que me desmayé y cuando retomé la
conciencia escuché solo los gritos de la gente del pueblo, salí de mi encierro
y allí es cuando vi con horror los cuerpos de mis padres, lo demás ya lo saben,
estos seres que acabaron con mi familia y atacan a mi pueblo ¡deben morir!-
esas ultimas palabras alertaron a Halberin quien consoló amablemente a Moira
mientras que Misty Day le indico que si podía ayudarla.
-Déjame examinarte un poco pequeña- dijo el enano
mientras vio más de cerca su extraña apariencia, en su examen el clérigo le
preguntó: -Moira, ¿Qué hiciste con el libro que encontraste?- -Sigue en el sótano- respondió la joven -Jamás
me atrevía a volverlo a tocar siquiera-, Escanor se ofreció a revisar el sótano
mientras el enano confirmo lo que estaba sospechando, la joven Moira había
comenzado un pacto con una entidad maligna a través del libro, y en retorno la
sangre del linaje maligno de los Tiefling había despertado en ella.
-Bueno señores debemos conseguir un mejor refugio
que este, escuché de los kobolds que pertenecen a un culto
adorador de un dios y Greenest está como objetivo para conseguir recursos, así
que las casas y granjas serán las primeras en caer, vi una fortaleza cuando veníamos
acá, ustedes que son de aquí nos pueden decir ¿cuál es el mejor camino?– Dijo Misty
Day al grupo. Linan indicó el mejor camino comentando que su familia se dirigía
allí, al regresar Escanor del sótano el grupo ya estaba listo para andar en tan
peligroso camino, Moira pudo notar como el semblante del paladín era sombrío
al haber regresado, quiso preguntar que fue lo que vio en el sótano, pero fue
interrumpida por Halberin quien se encontraba listo para ir a la fortaleza.
El esposo de Linan llamado Cuth, en mejor estado cargaba al
mas pequeño de los niños, mientras Halberin y el semielfo colocaban en sus espaldas
a los otros dos niños, estos iban en la retaguardia mientras Misty Day, Moira y Linan
avanzaban al frente de forma sigilosa para ver los peligros que les aguardaban,
en el transcurso del camino el grupo se encontró con varios guardias, pero
gracias a la presencia de Moira y su habilidad de engañar, pudo convencer a
este culto de pasar por las calles sin derramar ninguna gota de sangre.
Llegando a la fortaleza los aventureros se deshicieron
de unos kobolds liderados por un acólito rápidamente, llegando con bien a las
puertas del edificio, allí en la rejilla de la puerta principal se asomó un
enano de cabellos rojos que reconoció a Linan. -Castellano Escobert abre la puerta por favor,
mi esposo está herido y necesitamos de refugio- el enano cerró la rejilla
inmediatamente y al cabo de dos segundos solo se pudo ver que salía una llave
de latón del umbral de la puerta. -Por ahora es imposible abrirles, esa llave
es para abrir la puerta del viejo túnel en la parte trasera de la fortaleza,
Cuth sabe de qué le hablamos, anden con cuidado y lleguen con bien- respondió el Castellano.
El grupo rodeo el castillo donde Misty Day logró ver un
grupo de emboscada cerca del río, por lo que era difícil entrar sin ser vistos,
peor aún, con los niños sin mayor protección el grupo no podía enfrentar a los
monstruos abiertamente por lo que se arriesgaron a entrar en sigilo, en primer
lugar avanzó Moira quien ágilmente llegó a las puertas del túnel y con la llave
abrió la reja sin ningún problema, por lo que todos los demás pasaron
uno a uno al viejo túnel, pero faltando solo Misty Day, uno de los Kobolds
avistó a la druida quien se lanzó al ataque, la joven se lanzó inmediatamente
al agua perdiéndose en la oscuridad de la noche.
-¡Por los pelos!- dijo la elfa mientras salía al
otro lado del desagüe al encuentro de sus amigos, con un poco de magia druídica
la joven prendió una antorcha proporcionando un poco de luz en el oscuro
túnel, continuaron por el camino sin importunar a las alimañas que habitaban el
lugar, hasta que, llegaron al interior de la fortaleza, el Castellano vio
con alegría como la familia y los aventureros llegaron a salvo, mientras Moira
dijo enérgicamente: -Castellano no te asustes, necesito hablar con el gobernador
Tarbaw, estos aventureros tienen información importante de nuestros asaltantes-
El castellano enano un poco desconcertado de la apariencia de Moira tardó un poco en responder,
pero al fin, los llevó con el gobernador. Allí el Gobernador Tarbaw Nighthill los
esperaba, sus heridas recientes y vendas casi no lo dejaban reconocer a quien
tenia al frente, pero aún consciente saludó a Moira, quien presentó a los
demás. Estos hablaron tendido con el del culto del dragón, a lo que Tarbow
dijo: - Debemos sobrevivir esta noche, si ustedes son tan buenos guerreros como
Moira me dice, ayúdennos a detener este asalto- El grupo sintiéndose comprometidos
con el pueblo aceptaron en agrado.
Halberin aprovechó el momento para preguntar por su
amigo Leosin, a lo que el gobernador respondió: -Te refieres al monje semielfo
de Berdusk ¿verdad? lamentablemente no lo he visto en días enano- Halberin
preocupado por su amigo, se dirigió a Escanor para hablar de los sucedido respecto
a Leosin, quien estaba hablando con Misty de algo totalmente diferente. -¿Qué pasa?-
preguntó el enano. Escanor bajando la voz susurró a Halberin -Amigo, ¿recuerdas
que baje al sótano de la casa de Moira?, bueno resulta que, como ella dijo el
libro maldito se encontraba allí tirado en el suelo, al tocarlo una
visión de un plano de existencia diferente vi en mi mente, este lugar estaba
lleno de formas aberrantes y bizarras que ni en tus pesadillas puedes deslumbrar,
sin embargo, lo que más me intimidó fue una masa colosal oscura provista de tentáculos
con un ojo en llamas que pretendía volverme loco, solté el libro lo más rápido
que pude para que eso no me afecte, pero creo que Moira no tuvo tanta suerte-
-Ese ser es Tharizdun- dijo Misty mientras se
arrodillaba -¿Tharizdun? Pero ¿Pero Quien es ese? – Dijo Halberin consternado y
preocupado por la suerte de Moira. -Se dice que es un dios primigenio, alguien
que dominó muchos universos, hasta que los dioses se reunieron y lograron
encerrarlo en un plano de existencia diferente al nuestro, pero esta entidad siempre está con
deseos de regresar para dominar y destruir todo, a lo largo de eones los
antiguos druidas han visto como en otros mundos personas que han tenido
contacto con este ser se han vuelto locos, uniéndose a sus filas con el fin de
hallar una forma para liberar a este ser, temo por el destino de la joven, y
creo que debemos continuar con ella-
En esas Moira se acerca al grupo y comenta la situación actual de Greenest, en el pueblo hay varios lugares que necesitan ayuda específicamente, la poterna, el molino y el templo de Chauntea donde se encuentran los demás refugiados del pueblo, al final todos concluyeron que lo mejor es ir salvar a los aldeanos resguardados en el templo saliendo nuevamente por el viejo túnel. Antes de irse, Halberín se acercó a Tarbow y con los poderes de Tyr curó las heridas del gobernador brindándole nuevas fuerzas a Tarbow Nighthill quien convocó a los guerreros competentes para defender la poterna.
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