Capítulo 11. El castillo Naerytar

La inclusión de Quijaforte fue un alivio para nosotros, sabiendo que no todos los hombres lagarto estaban de acuerdo con los planes del culto del dragón, esto nos ayudaría a forjar alianzas. Ahora el hombre lagarto convencería a sus congéneres de derrotar a los perpetuadores del castillo y detener a Rezmir de una vez por todas, el viaje duró dos días en donde nos enfrentamos a lagartos, batracos exploradores rivales del pueblo de Quijaforte y Yuan-tis, pero lo intrigante del viaje fue el hecho que nos encontramos a Voaraghamantar, el dragón negro que azotaba la región y que según Cordelia era tan veloz que podía estar en dos lugares a la vez, viendo que el fin de nosotros estaba cerca, decidí transformarme en bestia y hacerle frente a la criatura aún a sabiendas que era mi final, pero Moira se disfrazó de Rezmir y logró calmar al dragón quien nos dejó con vida. Huyendo de su cueva, nos dejó claro que Rezmir conocía un secreto del fiero dragón y por eso una posible alianza se encontraba en las dos facciones.

Avanzando en canoa llegamos a las afueras del castillo y mientras desembarcábamos, Quijaforte decidió adelantarse y convencer a su tribu de alzar sus armas en contra de los tiránicos batracos, nosotros también queríamos que nos ayudaran en contra de los cultistas, pero el hombre lagarto no era capaz de hacer eso, pues el líder de los cultistas, el elfo Dralmorrer, era el único que había tratado bien a su pueblo enseñándoles el uso de la forja. -Bueno igual es ayuda que nos van a dar enfrentándose a los batracos- mencionó Halberin mientras pisaba fuera de la canoa al lodoso pantano. Todos entonces aceptamos las condiciones de Quijaforte quien se retiraba con la esperanza que el pueblo de los hombres lagarto accediera.

Una hora pasó y al no tener respuesta decidimos adentrarnos al lugar, por el camino encontramos una guardería de lagartos y cocodrilos custodiados por un hombre lagarto, preparados para lo peor decidimos acercarnos, nuestra respuesta fue positiva pues el hombre lagarto de nombre Dienteagudo, hablo conmigo en dracónico acerca de nuestro plan y de su ayuda, a nuestra causa entonces contábamos con 80 hombres lagartos esperando por señal para iniciar una batalla, aunque la mayoría desenfundó armas, Moira decidió explorar primero y dar una señal al momento de su ataque y disfrazándose como la fallecida Frulam ingresamos al castillo como cultistas.

Misty Day



 

Dentro del lugar encontramos varias tropas de Batracos montados en sus sapos gigantes, gracias al poder de Moira no tuvimos que desenfundar las armas y eliminarlos, nuestro primer objetivo era sencillo, reunirnos nuevamente con Quijaforte y conocer la estructura del ejercito enemigo, eso fue sencillo pues al poco tiempo encontramos a Quijaforte hablando con los hombres lagarto de la herrería del primer piso, era el ultimo grupo y el más fuerte pues tenían las armas forjadas que, aunque rústicas servían para el propósito, Cordelia y Moira hablaron con los hombres lagarto y luego de varios minutos los convencieron de unirse a la causa designando a un viejo lagarto de nombre Garrahacha, yo por mi parte hablé con Quijaforte para que me indicara más rutas del castillo.

Quijaforte esperó hasta trazar una estrategia que consistía en explorar y descubrir en este momento donde se encontraban las tropas de los cultistas y batracos solitarios para eliminarlos antes de lanzar la ofensiva, mientras Moira y los demás se dirigieron al norte del castillo, me encaminé con Quijaforte a la torre oeste donde enfrenté con dificultad a cuatro guerreros elite del culto mientras Quijaforte retornaba con ayuda, a su regreso los cuatro miembros los había eliminado, viendo mi gallardía de mediano, el hombre lagarto me ofreció una daga mágica a cambio de matar con mis manos al líder de los batracos, alguien llamado Baba Salpicante Pharblex, gustoso acepté la oferta, subiendo al siguiente nivel, vi a más cultistas liderados por el elfo Dralmorrer, inmediatamente baje donde Quijaforte quien tenia ocho hombres lagarto a su disposición y les comuniqué que esperaran aquí.

Fui directamente con Halberin para que curara mis heridas donde supe que el grueso de los batracos se encontraba en la torre este donde Pharblex se encontraba, quise entonces eliminar al batraco, pero estando tan resguardado decidí explorar junto al grupo a la torre norte. Entonces fuimos emboscados por una mezcla entre dragones y lobos llamados dracos guardianes, que mis amigos se habían enfrentado anteriormente, asesinados inmediatamente por la bola de fuego de Cordelia sacamos los cuerpos del castillo como lo hice con los soldados de la torre oeste antes que alguien se enterara, lamentablemente el ruido del conjuro alertó a alguien conocido, el mago rojo Azbara Jos.

En posición desventajosa y viendo que nuestro plan se iba al piso, comenzamos sacando nuestras armas y morir con dignidad, pero el mago solo venía a hablar. Con cierta desconfianza bajamos nuestros puños y permitimos a Azbara Jos hablar con nosotros, este nos condujo a su torre, donde nos propuso una alianza en contra de Rezmir, también nos indicó que la mujer semidragón se encontraba en unas cuevas ubicadas debajo del castillo, el plan ahora era detener a Rezmir y su guardiana semidragona creada hace poco en el castillo, obviamente permitir que Azbara Jos viviera, pues recientemente descubrió que Tiamat la diosa dragona no sería tan condescendiente con los magos de Thay a pesar que le hayan prestado su poder en pro de la diosa.

Moira entonces le entregó a Pandora como muestra de confianza y seguridad del mago y le solicitó que mantuviera a Rezmir y su guardiana en las cuevas mientras nosotros eliminábamos a las tropas de los cultistas liderados por Dralmorrer, Azbara Jos aceptó sin dudarlo mientras sacaba su libro de conjuros y se dirigía a las cuevas, allí en medio de la confusión nos alertamos que Jamna se había escapado a nuestra vista, maldita traidora ¿Quién sabe ahora que tratos está haciendo la espía?.

Luego de separarnos de Azbara Jos subimos la torre central para tener una mejor vista de las tropas del castillo, lamentablemente buscando en una habitación, alertamos a un cuervo cuyos graznidos fueron escuchados por más soldados elite de Rezmir, la batalla fue difícil pues los soldados necesitaban dar la alarma y sabíamos que no era el momento para lanzar el ataque, no sin antes encontrar a Dralmorrer y eliminarlo, pero al fin la diosa Tymora salió en nuestro favor y logramos acabar con el grupo.

Subiendo al tercer nivel Cordelia vio en la azotea de la torre un telescopio mágico que quiso obtener, pero al poner un pie en el piso, cuatro gárgolas se abalanzaron en contra de nosotros haciendo un ruido tal que nuestro plan terminó por irse al traste, luego de acabar con los monstruos malditos y recuperando un poco las heridas Cordelia y yo investigamos el telescopio. Varias cosas pasaron en ese momento: Descubrimos el secreto del dragón negro gracias al telescopio, donde vimos que el dragón tenía un hermano gemelo que se hacía pasar por él para crear el mito de ser el dragón veloz que decía ser y estar en dos lugares a la vez, también pudimos ver que la mayoría de los cultistas se dirigían a la torre central y alcanzamos a divisar a Rezmir junto a una especie de portal, lamentablemente operé mal el artefacto y terminé rompiéndolo, informando a los demás de la adversa situación, Moira habló telepáticamente con Quijaforte dándole la señal de iniciar el ataque.

Merik Buenbarril




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